Acaso lo más surrealista de hoy
haya sido la vuelta a casa en colectivo desde San Martín hasta Muñiz, conurbano
bonaerense, un viaje de una hora,
leyendo a Olga Orozco, y ver a cuatro mujeres viejas -segundo, cuarto asiento,
dos de a pie pero agarradas con sus manos gruesas al pasamanos-, iguales a Olga Orozco, con sus rulos cerrados, las marcas en la cara de haber vivido mucho,
las bocas con sus gestos entre generosos y despectivos -todas las mismas bocas,
el mismo mundo-, mirándome leer como si no importara.
(septiembre 2015)
Tal vez, lo más surrealista sean los colectivos del conurbano...
ResponderEliminarJa!
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