"Acá el cura abre la iglesia un domingo al mes. Yo le
digo que me dé las llaves a mí para que la gente pueda entrar a la iglesia.
Pero el cura que es jovencito no quiere. El otro cura sí me las daba. Pero no
se preocupe, si usted quiere hacer una promesa me la dice a mí y yo, cuando el
mes que viene venga el cura a abrir la iglesia voy al altar y hago la promesa
por usted, la hago con todo mi amor, y es lo mismo que si la hiciera
usted"
(Señora Muñoz, vecina de una iglesia bien alejadita de Salta capital, Julio 2014).
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